Cube (Vincenzo Natali, 1997)
El cine de ciencia-ficción dio un giro con esta película, en la que una serie de personajes se despiertan sin recordar nada dentro de unas salas cúbicas de colores chillones con aperturas en todos sus lados y extraños símbolos por las paredes. Todos ellos tienen profesiones diferentes y cada uno aparece en una sala. Según avanza el argumento de la película, nos damos cuenta de que en realidad se trata de una gigantesca construcción formada por miles de cubos, todos conectados entre sí, y de los que no hay salida aparente.
La arquitectura juega en esta película uno de los papeles más claustrofóbicos del cine. La trama gira en torno a las fobias y los miedos de las personas, la incertidumbre, el no saber qué hay más allá, la inteligencia y la capacidad de supervivencia, en grupo o de manera individual, la locura, el papel de los colores en la percepción de los espacios... A través de formas geométricas perfectas se puede crear uno de los laberintos más complejos... y encima en tres dimensiones. Algunos de los cubos contienen trampas y otros no, y será cosa de los protagonistas descubrir cuáles son unos y cuáles son otros, teniendo como única referencia a la gravedad, que les permite distinguir entre suelo, paredes y techo en cada una de las salas.