Metrópolis (Fritz Lang, 1927)
Esta joya del cine de ciencia-ficción desarrolla su trama a modo de distopía futurista, o, dicho de otro modo, una falsa utopía donde la sociedad evoluciona por una vía opuesta a lo que se considera una sociedad ideal. La lucha de clases es el tema central, apoyado en una arquitectura visionaria que se acerca a la realidad que vivimos hoy en día en las mayores ciudades del planeta.
El s. XXI estará marcado por la vida en la ciudad, donde los seres humanos se agolpan en enormes megalópolis en las que la arquitectura lucha por acercarse al cielo con enormes construcciones en altura. Es el año 2026, y en Metrópolis la clase obrera vive en guetos subterráneos en el corazón industrial de la ciudad, bajo la prohibición de salir al mundo exterior. La clase intelectual vive acomodada en las plantas superiores de los rascacielos, "ajena" a lo que ocurre en los niveles inferiores, hasta que un día la clase obrera se rebela contra esta situación, incitados por un robot.
Fritz Lang decide contar la historia tras un viaje a Nueva York, en el que los grandes rascacielos le inspiran para realizar una visión muy personal de lo que será el futuro, en una película adelantada a su tiempo y que ha servido de inspiración al cine de ciencia-ficción.
Los diseños de los edificios se inspiran claramente en el Art-Decó que inundaba la arquitectura neoyorquina de la época. Los edificios de la superficie, en los que se acomodan las clases altas de la sociedad, tienen escala y diseño monumentales, mientras que la sobriedad rodea las estancias de las clases de trabajadores de los niveles inferiores, por lo que la lucha de clases se lleva incluso a la arquitectura para mostrarnos las injusticias y desigualdades que se verán en el futuro (hoy casi presente). En los estratos intermedios pueden verse no sólo edificios de diferentes estilos arquitectónicos, como una catedral neogótica, y la vivienda del protagonista, de aires medievales, sino también una serie de viarios elevados, vías de tren aéreas... una solución al enorme tráfico que inundará las ciudades venideras. La arquitectura oriental, asociada en aquella época al placer y la lujuria, se puede ver en el barrio del pecado. Lo clandestino se representa al modo de catacumbas, en excavaciones subterráneas donde se conspira contra el sistema.
La zona industrial de la ciudad |
En esta imagen se pueden ver los diferentes niveles de Metrópolis |
Ultimando los detalles de los decorados |