ARQUITECTURA Y CINE (XVII)
El quinto elemento (The fifth element, Luc Besson, 1997)
Aprovechando que ayer volví a ver esta película, pues le dedico la entrada de hoy.
Situada temporalmente dentro de aproximadamente 200 años, el film nos cuenta la historia de "el mal absoluto", o algo por el estilo, que cada 5000 años llega a la tierra y termina con todo rastro de vida. La única forma de terminar con él es a través de cuatro piedras que simbolizan los cuatro elementos clásicos, más un quinto elemento personificado por Milla Jovovich. La unión de los cinco elementos creará un arma que terminará con el mal.
El cuidado diseño de producción, así como de vestuario de la película, se centran principalmente en la futura ciudad de Nueva York, y en una moda claramente marcada por el ciberpunk. Jean-Paul Gaultier fue el encargado de diseñar el vestuario, influenciado por las nuevas tecnologías, las prendas sintéticas y los nuevos materiales.
En la película podemos disfrutar de una de las ciudades ficticias más trabajadas del cine de ciencia-ficción. Se trata de una ciudad en la que el concepto de calle, plaza y espacios públicos han desaparecido o han sido llevados a otro nivel. Una megalópolis en la que el crecimiento de enormes torres y el poco espacio entre ellas, y la aparición de coches voladores, ha provocado la construcción de multitud de puentes de conexión entre los edificios, de la creación de pasos a diferentes niveles, en los que la vida se desarrolla siempre a una gran altura, y en el nivel del suelo tan sólo aparece una niebla permanente, lo que da a entender que el nivel "cloacas" ha pasado a estar en la base de los edificios.
A pesar de la enorme evolución en todos estos aspectos, los edificios no dejan de mantener el estilo clásico de los rascacielos neoyorkinos de los años 20 y 30, y sólo en algunas escenas determinadas podemos apreciar edificios que pueden adaptarse tipológicamente a la época en la que se desarrolla la película.
La publicidad es una constante en la gran ciudad, con enormes carteles de McDonald´s que nos recuerdan a otras películas como Blade Runner.
El quinto elemento nos adentra también en la vivienda del futuro, que recuerda a la arquitectura japonesa y a arquitectos como Kisho Kurokawa, que en los años 70 construyó su famosa Torre Nagakin, un núcleo central del que colgaban células-dormitorio prefabricadas, que en un espacio mínimo contaban con todo lo necesario para vivir en una sociedad superpoblada como la de Tokio.
La vivienda de Bruce Willis en El quinto elemento
Torre Nagakin
Una de las células de Kurokawa